El único Fútbol que había visto en toda mi vida era el que pasaban en SuperCampeones o Captain Tsubasa, así que realmente no era mucho. A pesar de ser un deporte que trata sobre el trabajo de equipo, la confianza y la determinación, además claro de la constancia y el talento que se tenga con el balón, no se me hacía para nada atractivo. Sinceramente, era más divertido ver los exagerados movimientos y técnicas totalmente antinaturales que hacían los personajes del anime que ver el deporte desde el punto de vista real.
Nunca, y en serio no exagero cuando digo nunca, había visto un partido completo de fútbol. No le encontraba la gracia y siempre que intentaba darle una oportunidad al deporte me encontraba con todo menos con algo que llamase mi atención, hasta este año.
Todo comenzó con el Mundial Sudáfrica 2010, específicamente con el encuentro de México-Uruguay. No lo vi completo pues ya me tenía que ir a las clases del inglés pero yo ya había anunciado, antipáticamente, que perdería México. Más por llevarle la contra a mi madre que por ser “malinchista”. Mi madre tuvo que darme la razón pues, al final del partido, México había perdido.
Los siguientes dias pasaron tan normalmente que no hay nada que sobresalga, excepto el simple hecho de que mi curiosidad hacia los partidos y de cómo se desarrollaban comenzaba a crecer dentro de mí. Pasé de ser totalmente indiferente a saber quién jugaría contra quién y en qué grupo.
Un día no sabía quienes estaban jugando y al siguiente me encontraba pendiente de los partidos, las horas y las fechas. Aún así, seguía sin ver un partido completo. Pasaron los octavos de final y ya todos hablaban del México-Argentina y de las posibilidades que el TRI tenía de pasar a los cuartos de final. La curiosidad me ganó y vi, por primera vez, tuve la intención de ver un partido de futbol y descubrir por qué a todos les causaba tanta emoción.
Y… bueno, no terminé de ver el partido porque Argentina metió un gol con un descarado fuera de lugar, llamadas de atención por faltas inexistentes y minutos después… un segundo gol por un error por parte de los mexicanos. Resputado final: Argentina gana 3-1 eliminando a México definitivamente.
Por qué no terminé de ver el partido? Estaba más interesante ver el Ilusionista, amo esa película, que observar la masacre que se haría. Cuando me conecté, encontré a unos Argentinos que conozco y no dejaban de burlarse, pusieron haberlo disimulado pero noooo, fueron tan pero tan desagradables que me decidí a ver el partido Alemania-Argentina sólo para ver perder al “albiceleste” y ver si dichos argentinos seguían presumiendo tanto.
Podrán imaginar lo feliz que me sentí luego de ver ganar a Alemania, un partido que si no me comí las uñas fue porque me la pasé comiendo: manzanas, cacahuates, sandía y demás. Sonará feo, pero lo que más disfruté fue el hecho de no volver a ver a esos argentinos que decían “Alemania no tiene la menos oportunidad contra nuestra selección, como tampoco la tuvo México”; subestimaron al enemigo y fueron goleados, porque no fueron uno, ni dos, fueron CUATRO goles. Y bueno, desde entonces no los he visto como para decir: SIGAN PRESUMIENDO! CIAO CIAO ARGENTINA!
Nillo!!!
ResponderEliminarcuanto tiempo sin pasar a saludarte..
y como tu sabras yo sigo sin ser fanatica del futbol. y sigo sin haber visto un solo partido, sin embargo recordaras que me alegre junto contigo que perdiera argentina.
Presumidosss :/
jajaja siiii si me acuerdo! que divertido jajaja seeeh se lo tenían merecidos!
ResponderEliminargracias Carito por compartir esa experiencia conmigo juju