22 marzo 2009

En Japón por un día

Título: En Japón por un día
Autora: Kelly -san
Género: Romance

•-)••(-•

Bueno, mi parte es de Nillo, y para ella (que conste que me toco por sorteo eeeh), porque es mi regalo de cumpleaños, y como tal intenté que me quedara medianamente bien... espero que te guste Nillo, lo escribí con todo mi amor xDD 
Esto es parte del fic, pero es un capitulo.

•-)••(-•

En Japón por un día.

Arrastraba los pies al andar como si fuera un muerto viviente. Podía verse en su cara el cansancio y las muchas ganas que tenia de llegar a su habitación y poder echarse a dormir. Sin duda no había sido un buen día, ni siquiera una buena noche. Sus ojos medio abiertos solo venían figuras moverse a su alrededor, no le importaba quienes fueran, hacían demasiado jaleo y ella solo quería silencio. Podía entender el bullicio que hacia la gente, mañana seria un día “importante” o eso decían algunos, para ella era otro día como cualquier otro, San Valentín, no tenía ningún significado para ella por mas que quisiera... Abrió la puerta de la habitación como pudo, y dejó todos los libros encima del escritorio. Se dio cuenta que dio una patada a algo por el ruido que hizo, pero no veía lo que era. En el suelo solo había una alfombra y por un extremo vio que asomaba algo. Era un sobre blanco que tan solo ponía su nombre, con una bonita letra.

Nillosiel

¿Una carta que habían metido por debajo de su puerta? No era algo normal, el correo tenía que ir a buscarlo tu mismo, no te lo dejaban en la habitación. En el interior del sobre solo había una nota.

Mañana a las 11 de la noche en el parque.

Sin duda aquello era alguna broma de Agares y Nifer... En San Valentín era lo que esperaba. Ellas no se quedarían de brazos cruzados. Esa idea desapareció de su cabeza en cuanto vio quien firmaba la carta. Ellas no se atreverían a hacerlo, o eso creía...

Hyuuga, Neji.

Confió en que no fuera cosa de ellas, no quería ver mas hundidas sus ilusiones con el joven. Aquel chico que torturaba su mente, jamás desaparecía, todo el día en su cabeza. Se había convertido en una obsesión por más que sabía que estaba fuera de su alcance, alguien rico, guapo y popular, a su manera, ya que no caía bien a muchos, nunca se fijaría en ella.


Se tumbó en la cama e intentó pensar en lo que haría, ¿iría a la cita o mejor se quedaba en aquella habitación todo el día estudiando? No tardo mucho en encontrar la respuesta en su cabeza. Sin duda, iría, pero el problema era que solo había hablado con el un día en clase y de pura casualidad para unos apuntes, seguramente llegaría ante el con una sonrisa en su cara, colorada y se atragantaría al decir algo... aquello la desanimó, pero no cambió de idea. Para una oportunidad que tenia de hablar con él ¡no la iba a dejar pasar! Dejó que los brazos de Morfeo la abrazaran y protegieran, aquella noche debía dormir bien.


El sonido del despertador la perturbo del sueño, lo apago de mala gana y se levantó para ir a clase. Otro día más, la misma rutina de siempre: desayuno, ducha, ir a clase, estudiar.... Preparada para ir a clase, salió de la habitación y vio a la gente en el pasillo igual que el día anterior, demasiado contenta. Sus pies volvieron a tropezar con algo, pero esta vez no era una carta, sino un regalo. Lo cogió y lo metió en la habitación para ver que era. Era un paquete cuadrado envuelto en una bonita tela de color blanco decorado con algunas figuras humanas, arboles de pétalos rosas, templos... todo aquello era típico japonés. Quito la tela y vio la caja de madera negra tan solo decorada en el centro con un crisantemo. Abrió la caja con sumo cuidado y cuando vio lo que había dentro supo lo que era aquello, un bento. El interior estaba dividido en particiones cuadradas en las que había pescado, carne, setas y otras cosas que nunca había visto y en el centro la flor de crisantemo hecha perfectamente con arroz.


Jamás se habría esperado que alguien le regalara algo así, bueno en Japón es típico, pero ella nunca lo había visto con sus propios ojos y nunca había comido esas cosas. Lo dejó encima de la mesa y se fue a clase, hoy no comería en la cafetería de la residencia. 
Las clases se le habían pasado mas despacio de lo normal, solo deseaba terminar para poder disfrutar de aquella comida especialmente hecha para ella. Salió apurada de la última clase y se fue a su habitación, entro y dejó sus libros de cualquier manera. Se sentó en la cama con el bento en sus piernas y se dispuso a probarlo, pero tenía un problema, no sabia coger los palillos y no era capaz de meter un bocado en la boca, todo se le caía. Se dio por vencida con los palillos y buscó un tenedor de plástico que guardaba en la mochila. Lo probó todo menos el crisantemo, le daba pena deshacer algo tan bonito, pero se dijo que seria un perdida mas grande si no lo probaba y se quedaba con las ganas. Realmente todo estaba delicioso.


Ahora tan solo deseaba que fueran las once de la noche, aunque aquella situación le avergonzaba un poco, era la primera vez que un chico la invitaba a salir... 
La tarde pasó despacio, al igual que las clases por la mañana, se puso a estudiar pero no era capaz de concentrarse, salió para ver a algunas de sus amigas, a Agares, Nifer, Todess y un largo etcétera, pero no consiguió encontrar a ninguna de ellas. Sin duda era algo raro porque siempre estaban armando alguna por allí, así que se fue otra vez a la habitación para decidir que se pondría aquella noche. Podía parecer algo sencillo el tomar aquella decisión pero era un poco más complicado. Se puso frente al armario mirando toda su ropa y no encontró nada de su agrado para aquella ocasión, todo era para ir a clase y alguna cosa para salir, pero nada verdaderamente formal. Así que cogió lo primero que vio que combinaba medianamente bien y se lo puso. Una minifalda gris con pliegues delante y detrás, unas medias por encima de la rodilla grises también, unos zapatos de tacón negros, una camiseta granate y una chaqueta larga. No era lo que se dice perfecto, pero era lo mejor para ese día.


Tan solo faltaba una hora para las once, no aguantaba mas allí metida asique se fue al parque. No sabía a cual se refería, pero supuso que seria al que estaba más cerca de la residencia. Era una buena noche, no llovía y se podía ver la luna perfectamente. Se sentó y esperó. Eran las diez y media y lo vio pasar por allí. No se atrevió a ir tras él, espero a que el la encontrara en aquel banco. Tan solo un par de minutos mas tarde una mano se posó en su hombro, se dio la vuelta y allí estaba Neji.


-¿Llevas mucho esperando?-Preguntó mirándole los ojos, esperando que respondiera.- Nillosiel...-dijo cogiéndole una mano.


-N-no, no que va, solo que prefiero llegar temprano a las cit-... cuando quedo con alguien- le respondió nerviosa, con una tonta sonrisa en su cara.


-Entiendo. ¿Te gusto el bento?- le preguntó comenzando a caminar, soltándole la mano.


-Si, si, me encanto. Muchas gracias. Mañana te lo devuelvo...- comenzó a decir, pero la cortó.


-No.-dijo secamente- No hace falta, fue un regalo, guárdalo.- le sonrió, viendo la cara que había puesto ella al contestarle tan fríamente.


-Ah, bien, muchas gracias...- le dijo mirando al suelo, decepcionada. 

-Si te gustó la comida, creo que te gustará al sitio que vamos- le comentó seguro de si mismo. 

-¿Pues a donde vamos?-preguntó curiosa. 

-Ya lo verás. 

Caminaron unos minutos y llegaron ante un restaurante que nunca había visto. Era un lugar un poco apartado y rodeado de zonas verdes. Un lugar bonito de verdad. 

-Como sabrás, soy japonés, y mis padres montaron este restaurante hace poco, ¿te apetece que cenemos aquí? 

-Claro, donde quieras.-Le dijo, no muy segura de su respuesta, el que cenaran en un restaurante delante de sus padres no le hacia mucha gracia. 

Entraron en el restaurante y se quedo un poco sorprendida. El restaurante era casi como se lo había imaginado, como te lo muestran en cualquier película del género, pero lo que le sorprendió era la cantidad de gente que había allí, no se lo esperaba para nada. 

-Espera aquí, ahora vengo.

Esperó allí de pie un minuto y vio aparecer a Neji acompañado de otra joven que parecía tener unos años menos que él. 

-Esta es mi prima, Hinata.- le presento, señalando a la joven. 

-Encantada Hinata, soy Nillosiel- dijo sonriendo.

-Igualmente, ven conmigo Nillosiel.- le dijo haciendo un gesto con la mano para que la siguiera. 

-Pero...-comenzó diciendo... 

-Ve con ella, estaré esperando aquí al lado. 

Nillosiel siguió a Hinata por un pasillo hasta una de las habitaciones que había al fondo. Todo era como una casa típica japonesa, tenia la sensación de estar viviendo en aquel país que le era tan lejano. 

-Bueno, ya puedes quitarte la ropa- le dijo yendo hacia un montón de cajas que había en la habitación. 

-¿Que- que estas diciendo?- preguntó alterada, cogiéndose la falda. 

-¿No te dijo nada Neji?- le miró, aunque seguía rebuscando en aquellas cajas. 

-No... ¿A que te refieres? 

-Aah, aquí está. Sin duda tiene buen gusto. Mira, ¿no es bonito?- preguntó mostrándole un kimono rosa claro con dibujos de pájaros en sus largas mangas y en la parte inferior del traje.- Quiere que te lo pongas- le dijo acercándose a Nillosiel- sabe que te gusta todo lo relacionado con Japón asique todo esta noche será todo típico japonés, y para eso tienes que ponerte el kimono.

-No tenia ni idea... no me dijo nada...-le contesto sin quitar la mirada del kimono. 

-Ya, bueno, no suele hablar mucho ¿no? 

-Eso es verdad- respondió riéndose. 

Hinata le ayudo a ponerse el kimono, explicándole como se ponía, la parte izquierda sobre la derecha, también llevaba obi de color blanco en raso, los tabi, que le costo un poco acostumbrarse a ellos, las zori de color blanco también. Se miro al espejo que había en la habitación y hasta ella misma se quedo con la boca abierta. Había soñado tantas veces con vestirse así que no podía creérselo y aun menos que Neji lo hiciera todo esto para ella. 

-Deberíamos hacer algo con ese pelo... no puedes ir así vestida y con el pelo suelto. Ven, siéntate.-le dijo señalándole una silla delante del tocador.- Te lo recogeré, aunque esto no se me da muy bien... 

-Bueno, como puedas, yo te lo agradezco- contesto son una sincera sonrisa. 

Tenía el pelo largo y de un tono azulado muy claro. Hinata se lo recogió en la parte superior de la cabeza y lo sujeto con unas cuantas horquillas y una cinta de color rosa alrededor. Sin duda había hecho un buen trabajo. 

-Bueno, ya estas lista. Vamos, Neji está esperando. Y a pasitos cortos o te caerás- le aconsejo entre risas. 

-Si...- contestó desanimada al ver que casi no era capaz de dar un par de pasos sin tropezar. 

Caminaron por el mismo pasillo por el que habían ido y siguieron por otro, y otro, aquello parecía mas un laberinto que un restaurante. Era un pasillo mas corto que los anteriores, fueron a la última habitación. Hinata abrió la puerta y entró, luego le hizo una seña a
Nillosiel para que entrara. Su cara estaba un poco roja y no levantaba la vista del suelo. 

-Gracias Hinata...- le agradeció Neji, y le hizo una seña con la cabeza. 

-No hay de que, ahora os traigo la cena.- y se fue. 

Neji se levantó y se acercó a ella. Él también iba vestido al estilo japonés, con un yukata negro a rayas grises. Se puso frente ella y despacio llevo una mano a la cara de la chica e hizo que le mirara. 

-Estás preciosa. 

Ella se quedo boquiabierta mientras el se separaba y se sentaba en el suelo, a un lado de la mesa, y la invito a que se sentara frente a el, aunque ella tardo unos segundo en reaccionar. Se arrodilló frente a él al otro lado de la mesa, Hinata llegó con un par de bandejas llenas de comida y volvió segundos mas tarde con la bebida y unos cuencos. La mesa se lleno en cuestión de segundo, Nillosiel no sabia por donde empezar... ¿realmente todo aquello era para ella? 

-Como cuanto quieras y lo que te guste, no comas obligada.-Le dijo Neji. 

-Gracias. ¿Esto que es?- le preguntó señalando con los palillos a un cuenco negro, con “algo” marrón en su interior. 

-Son setas, deberías probarlas- le animó. 
Ella intentó coger bien los palillos, pero le resbalaban de las manos, era mas difícil de lo que parecía... si le costaba mantenerlos en las manos, ¿como iba a ser capaz de comer con ellos? 

-¿Cómo comiste el bento que te regale?- le preguntó mirando a las manos de la chica. 

-P-pues... con tenedor, no era capaz con los palillos... - respondió apenada por aquella ridícula situación. 

Neji se levantó y se situó detrás de ella, se puso a su altura y cogió la mano de Nillosiel. 

-Tienes que cogerlos un poco mas arriba- le susurró al oído, mientras ella prestaba mas atención a los labios del chico que a su mano- pon este dedo aquí detrás y este... ¿me estas escuchando?- preguntó rozando la nariz con la cara de ella. 

-¡Si-si, te escucho! 

-Bien, como decía, este dedo aquí detrás y este aquí- siguió explicándole y colocándole los dedos en el lugar correcto.- Ya deberías ser capaz de comer algo- 

Ella intento coger una de las setas que no tenían una pinta muy agradable, con un poco de torpeza al principio pero que finalmente consiguió llevársela a la boca. Era un sabor raro para ella, no estaba acostumbrada a aquellos sabores. 

-Esto está delicioso. 

-Me alegra que te guste- le dijo con una sonrisa. 

Neji no volvió a su sitio frente a ella, sino que se quedo a su lado mientras cenaban. No hablaron mucho mientras comían, Nillosiel probó todo lo que había en la mesa, no quería hacerle un feo a Neji aunque ya que tenía la oportunidad de probar aquello no iba comer solo arroz, lo único que conocía, a excepción de lo que había comido del bento. Hinata vino un poco después a recoger todo aquello y les trajo una bandeja con los sakazuki y tokkuri. (Vasos y botella de cerámica para el sake) 

-¿Has probado el sake alguna vez?- le preguntó sirviéndole un poco en uno de aquellos pequeños vasos de cerámica. 

-No, pero... 

-Como ya dije, no te voy a obligar, pero me gustaría que lo probases, este es uno de los mejores de Japón. Es bastante fuerte, eso creo que lo sa-...-miró a Nillosiel con cara de preocupación. Ella se bebió el sake de un trago y ahora tenia la cara completamente roja y tosía un poco. 

-Hmm, pues si que es fuerte si... pero esta bueno.- dijo con una sonrisa de lado a lado de la cara.- ¡Gracias! 

-Ah, de nada, supongo... - soltó no muy convencido de lo que debía decir- sabia que eras extraña, pero no tanto... solo a ti se te ocurre beberse el sake de un trago la primera vez. Eso no... 

-¿Sabias que era extraña? ¿Que quieres decir? 

-En clases te veo con esas chicas, siempre haciendo “locuras”, aunque tú pareces la más formal de todas ellas, supongo que también estás un poco loca.- le contó mientras bebía un poco de sake. 

-Ya veo... si, creo que yo también estoy un poco loca, porque me esta ardiendo la garganta.- dijo mirando atentamente todos los gestos de Neji. 

¿Él la observaba en clases? No le gustaba ser el centro de atención, pero si era él quien la miraba, no le importaba, aunque el estar sentada a su lado la ponía un poco nerviosa. 
Neji se levanto de su lado y fue a una de las puertas, la corrió y la invitó a que le acompañara. 

-Espero que esto también te guste.- le dijo mirando el patio. 
Nillosiel se quedo a su lado, sorprendida por lo que estaba viendo. No era posible que existiera algo como aquello en una ciudad como esa, no era posible.

Era un patio enorme, tenia un estanque con un pequeño puente de madera, abundaban las flores y los arbustos, incluso algún que otro árbol aunque no muy altos, pero lo que mas le sorprendió era que estaba nevando. Bajó los tres escalones que había al patio, dio unos cuantos pasos y se quedó quieta, mirando la nieve a sus pies. 

-¿Cómo es posible? Estamos en un sitio cubierto. 

-Eso es un secreto. Ven.- le dijo cogiéndola de la mano y llevándola hacia el puente del estanque. 

-¡Pero si hay hasta peces!- exclamó sorprendida. Se agachó para verlos más de cerca. Aquello era algo que jamás había pensado ver que no fuera en Japón.- Neji, ¿porque haces todo esto?- le preguntó poniéndose de pie. 

-¿No es obvio? 

-Para nada... 

-Es difícil para mi explicarlo, pero cuando me fijé en ti, empecé a sentir que tenia que hacer cosas que te agradaran, y ya que aceptaste mi invitación... pensé que te gustaría.- le explicó, aunque no estaba convencido de si se había explicado bien. 

-Pero todo esto, es demasiado, no digo que no me guste, ¡me encanta! Pero es tan, tan... 

-Pues aún queda una cosa- ella lo miró enfadada, mientras el sacaba algo del pecho- de verdad, solo una cosa más. Creo que también te gustará. Toma.- y le entregó un pequeño una caja con forma rectangular, sin ningún adorno. Ella lo cogió y lo abrió. Su cara de sorpresa al ver lo que era enseguida se esfumó por una de enfado. 

-¿No te gustó?- le preguntó cogiendo el kanzashi. El adorno para el pelo era precioso, tenia un par de flores rojas y hojas plateadas a su alrededor, del extremo también colgaban pequeñas laminas de plata con grabados de distintas formas. 

-Pues claro que si me gusto Neji, es muy bonito, pero es que... es demasiado, no puedo aceptarlo... El bento, la cena, el traje...y ahora esto... es demasiado. Lo siento, pero... 

-Es de mala educación rechazar un regalo...- le dijo acercándose mas a ella y le colocó el kanzashi en la cabeza.- Te queda muy bien, Nillosiel.- 

Ella suspiro resignada y le dio las gracias. Permanecieron unos segundos sin decir nada, uno frente a otro. Nillo se sentía mal por todo lo que había hecho por ella, y ella no le había dado ni una caja de bombones... decidió que la próxima vez, si es que había una próxima vez, ella le regalaría algo a él. Neji la sobresalto cuando noto que había puesto su mano en su cara y se había acercado un poco mas, rozando sus ropas. Acercó su cara aun mas a la de ella, él rozó sus labios con la mejilla de ella, y fue acercándose a sus labios. 

-¿Puedo besarte?- preguntó sin separarse ni un centímetro. Ella no respondió, juntó sus labios a los de él, puso sus brazos alrededor del cuello de él y se dejo llevar. Él a su vez puso sus manos en la cadera de ella. No tardaron mucho en dejar de besarse, ella avergonzada dejo de abrazarlo y tan solo miro al suelo, pero él puso una mano sobre el hombro de Nillo y la llevó dentro. 

-Creo que es un poco tarde, cámbiate y te acompaño a la residencia.-le dijo, guiándola a la habitación donde se había puesto el kimono. 

-Gracias... gracias por todo Neji.-le respondió con una sonrisa y un beso en la mejilla.

 

•-)••(-•

Esto lo escribió mi prima Kelly, como ya lo dijo por mi cumpleaños aunque este es un fragmento del fic colectivo del foro por San Valentín.

¡Gracias Kelly!

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